El ecofeminismo es una corriente de pensamiento aparecida en Europa en el último tercio del siglo XX.
El ecofeminismo nació como contestación a lo que desde ese movimiento definen como «apropiación masculina de la agricultura y de la reproducción» (es decir, de la fertilidad de la tierra y de la fecundidad de la mujer), lo cual consideran una consecuencia del desarrollismo occidental de tipo patriarcal y economicista. Según el ecofeminismo, dicha apropiación se habría traducido en dos efectos perniciosos: la sobreexplotación de la tierra y la mercantilización de la sexualidad femenina. La escritora Gisella Marziotta ha sugerido que tales nociones sólo pueden considerarse como meras hipótesis reguladoras de la razón, inconsistentes históricamente, en las cuáles existiría una especie de "Estado de Naturaleza" (a la manera de la especulación política de la filosofía Moderna) caracterizada por el celo sexual universal, siendo el hombre, por su complexión física, el dominador resultante del conflicto, y el instaurador de los fundantes valores de la organización social. Sugiere ésta idea también explicar el origen de la prostitución como cosificación del placer trocado por la seguridad que el patriarca ofrecía, además de los bienes industriosos consecuentes de las mejores posibilidades físicas que el hombre disponía para manipular la Naturaleza, como así también las propias para la caza exitosa. Esta concepción no sólo se entronca con la visión explicativa del orden por los modernos, sino además con la visión freudiana de la cultura.
sábado, 15 de marzo de 2008
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